La electricidad- Se descrubió por casualidad por Luigi Galvani. Fue en 1876 mientras diseccionaba una rana, un ayudante produjo una chispa con una máquina electroestática situada en la misma habitación; la chispa causo una corriente eléctrica que conectó con Galvani y, através de su escalpelo metálico, pasó a la rana muerta, que contrajo sus músculos. Estudiando el fenómeno, Galvani llamó electricidad animal a lo que después se llamo corriente eléctrica. Este descubrimiento probablemente inspiró la legendaria criatura llevada a la vida por el doctor Frankestein através del poder eléctrico de un rayo, novela escrita en esa época por Mary Shelley.
Biomagnetismo- Hay algunos seres vivos que tienen imanes en su interior que funcionan a modo de brújulas. Es el llamado biomagnetismo. Parece ser que a este fenómeno se debe la capacidad de orientarse de las aves migratorias. Algunas bacterias sintetizan de forma natural granos de magnetita con un solo dominio, que se alinean y dan lugar a brujas microscopias, lo que les permite orientarse. Se han encontrado cristales de magnetita dentro del cráneo de la paloma, conectados a gran cantidad de nervios. Gracias a ello, las palomas saben orientarse longitudinalmente al campo magnético, es decir, norte-sur y este-oeste, y también según la latitud, es decir, según la inclinación de dicho campo. También se han hallado sustancias magnéticas en otros organismos como las abejas, mariposas monarcas, los topos, las tortugas marinas e incluso en el tejido del ser humano.
Gracias por el aporte, Javier.
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